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Pese a que contar con un entrenador personal puede ser una brillante idea para acelerar el proceso de musculación, la alimentación en cualquier rutina de gimnasio juega una importancia capital. Ganar masa muscular y perder peso son dos procesos que tienen un elemento en común: la alimentación en el entrenamiento.
Los hidratos de carbono son el principal aliado de cualquier persona que quiera aumentar su masa muscular. A lo largo del entrenamiento se rompen las fibras musculares y, por tanto, se necesita un aporte calórico para el proceso de recuperación y también para hacer crecer el músculo. La pasta, el arroz, los cereales y las legumbres son los principales nutrientes a tener en cuenta.
Es importante tomarlos después del entrenamiento para empezar el post-entrenamiento con buen pie. Sin embargo, previamente también es importante consumir proteínas de absorción rápida, como puede ser un plátano. Esto dará una energía al cuerpo que le permitirá rendir mejor durante la rutina. Las frutas y verduras, por su parte, contienen minerales, vitaminas y antioxidantes que ayudan en el proceso de hipertrofia, al igual que ocurre con los frutos secos.
Es importante buscar aquellos hidratos de carbono que contengan el mínimo de grasas y azúcares, ya que esto aumentará el porcentaje de grasa. Por ello, la proteína en forma de suero de leche es la que está presente en la mayoría de los batidos de proteínas. La carne y el pescado azul también son dos grandes nutrientes para mejorar la masa muscular.
En cambio, si el objetivo es la pérdida de peso y de grasa, el entrenamiento cardiovascular combinado con una buena dieta ha de ser la estrategia a seguir. En este caso, la clave se encuentra en el control de los hidratos de carbono y las proteínas que se ingieren. Para perder peso se debe producir un déficit calórico en el cuerpo, es decir, gastar más proteínas de las que se consumen.
Así, todos los alimentos que provengan de la tierra, como pueden ser las legumbres, la pasta o los cereales, deben ir ingerirse siempre durante el día para dar tiempo al cuerpo para que los pueda consumir. La cena debe ser mucho más ligera, con una mayor presencia de proteína con pescado, carne a la plancha, tortilla o huevo. Las tres comidas principales deben respetarse acompañadas con dos piezas de fruta, una a media mañana y otra por la tarde para merendar.
Un ejemplo de comida podría ser berenjena picada con carne de pollo y ternera y gratinada con queso light, mientras que para cenar un caldo de verduras con un poco de jamón y pescado podría ser buena opción.
Combinar un entrenador personal con una buena alimentación permitirá lograr los objetivos propuestos. Sin una buena dieta, el entrenamiento no sirve de nada.
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